Diario de carreras CEV: Viernes en el Racing Spirit

Los viernes de carreras en el CEV son días en los que hay trabajo intenso pero en algunos ratos sólo se puede esperar. Durante todo el jueves cuando llegan los equipos han de hacer el trabajo más duro y que menos tiene que ver con las carreras propiamente dicho.

Han de montar las carpas, el box, la moto y dejar todo en orden para cumplir la normativa de la organización, en éste caso Dorna.

Dorna es una organización muy exigente, hasta el punto en el que todo ha de estar impecable, cosa complicada cuando se trabaja con grasas, gasolinas, neumáticos y aceites. Aun así todo es muy profesional y se hace con el máximo cuidado.

Metiéndonos en materia, en cuanto al viernes de entrenos se refiere, empezamos con los libres 1, donde los pilotos han de recordar la pista, buscar aquellos puntos.

En el Racing Spirit el mecánico Roberto Fuentecilla pone a punto la moto, coloca los carenados, pone los calentadores, regula las presiones en los neumáticos… Lo deja todo preparado para que cuando llegue Alex Praud se suba a su moto y pueda hacer su parte.

Tras ésta primera sesión de entrenamientos se descargan las telemetrías adquiridas y se estudian, durante una larga sesión Alex y Sergio Pastrana (telemétrico del equipo) revisan, en que puntos se puede apurar más y en cuales sacrificar la entrada a las curvas para salir más rápido.

Mientras Roberto desmonta los carenados para que en cuanto le digan que cambios hay que hacer, rápidamente trabajar en la moto para que todo esté listo de cara a la segunda sesión.

Ahora en la segunda sesión las cosas se ponen más serias. Nos acercamos al puesto en el pit-lane y preparamos la tablilla para indicar vueltas y tiempos, todo para que Alex vea su progresión. Doce han sido las vueltas escogidas ésta vez para probar el neumático de cara a la carrera. El exceso de calor hace imposible que se mejoren mucho los tiempos respecto a la mañana.

Después de los entrenamientos toca comer y coger fuerzas para seguir trabajando por la tarde, el CEV nunca para y raro es el día que el equipo se acuesta a una hora respetable. El trabajo es mucho y las horas pasan muy rápido, hay que retocar y limpiar los carenados, regular lo que se halla visto que se ha de mejorar para el sábado, y pasar la verificación de la organización.

Todo esto no sería posible sin la dirección de Alfonso García, la ayuda de su mujer Susana Bazan y los padres del propio piloto Jack y Martina.

Fotos | David Gómez

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