Diario de un piloto… hechos de otra pasta
, de su espíritu de superación y pelea diaria por recuperarse.
La quinta edición de este Diario viene tras la caída y el susto del pasado capítulo, ahora toca levantarse y seguir peleando, el no rendirse es básico en los días largos de recuperación y rehabilitación, y como siempre los amigos y familia son esenciales.
Ojalá tuviera la genética de lagartija o los poderes de lobezno y mi cuerpo se regenerara con esa rapidez.
Las lesiones requieren su tiempo, en realidad tiempo y paciencia, mucha paciencia. Aunque día a día tengo menos de ella, se me está acabando, quizás sea porque no puedo seguir con el entrenamiento o puede ser que además alguien que me la esté robando.
A pesar de todos obstáculos que encuentro, sé que pasaré al otro lado de la muralla. Sé que soy capaz de eso y mucho más, sin necesidad de otros genes, ni superpoderes extra. Me basta con los que tengo. Y ahora es el momento de pensar en el camino y no en el destino, pues cuando llegue, tendré que estar preparado. No quiero llegar sin saber muy bien cómo lo he hecho ya que cada paso es un aprendizaje, aunque los tenga que dar, al menos de momento, un poco cojo.
Cuando tengáis lesiones (que espero que sea nunca), si os topáis con médicos deportivos siempre os darán dos opciones para estar «recuperados», la más rápida (no saludable) y la más larga (está claro que la saludable). Después de varias visitas al médico y de hacerme resonancias, ecografías y placas no fue todo tan sencillo como me dijeron en un principio.
El resultado de la caída fue:
- Esguince en el pie
- Lesión en ligamentos de rodilla
- Lesión en el hombro
- Lesión en las cervicales
- Rotura fibrilar del gemelo
Un extenso parte médico, aunque por suerte ya me siento mucho mejor.
La caída fue a 5 días de una de las carreras más significativas del calendario (Montmeló), pero yo estaba hecho un cromo, pero se me metió en la cabeza que debía intentar correr en la cita por dos razones, una por ser Montmeló, y dos por sacarme la paranoia de la caída. Os aconsejo que cuando tengáis una caída no lo dudéis, en cuanto podáis subid a la moto de nuevo, si puede ser el mismo día mejor, si no, al siguiente, cuando sea pero lo más pronto posible (si el cuerpo os lo permite).
Estuve toda la semana yendo al médico, y la verdad es que en la Teknon me trataron muy bien, incluso al saber que queríamos correr en el Circuit el fin de semana me dieron preferencia y los resultados de las pruebas eran casi inmediatos. Pero por desgracia todas las noticias que me daban eran malas, los médicos lo veían muy precipitado y me propusieron infiltrarme, pero lo descarté por completo. Así que opté por la opción lógica, toda la semana con las muletas o en casa encerrado trabajando. Sin entrenar, reposo, pastillitas (médicas) y hielo. El máximo entreno que hacía era andar lo que podía con las muletas y no mucho porque el hombro se resentía, imaginaos el panorama.
Pasan los días y, mientras los demás se van preparando para la carrera del fin de semana, a mi me tocaba visitar al médico, conectado a máquinas y también a aparatitos, vamos, que en esos días si me dais una bombilla y la sujeto, ¡la enciendo!
Evidentemente, mi familia y entorno más cercano no sabían que la intención desde el minuto uno después de la caída era correr en Montmeló. Después de comentarlo poca gente me apoyaba. Si os encontráis en esta situación, algunos os dirán que si no eres profesional no vale la pena, otros que si estás locos, y algunos os entenderán y apoyaran. El 100% de la gente que me apoyó y me entendió eran pilotos en activo, está claro que con la experiencia que tienen han vivido situaciones similares.La única forma de sacarte esa espina, esa sensación, es afrontar la carrera con normalidad y asumir las caídas y lesiones como parte de este deporte. Una de las cosas que más me obsesionaba durante la semana era el por qué me quedé sin frenos. Llevamos la moto a motos Crous, y al final encontraron la razón de por qué me quedé sin frenos ¿Un mal montaje del gas rápido? Quizás se moviese al transportar la moto con la cinta o yo mismo al mover la posición de los semimanillares… Da igual, no me preocupaba buscar responsables, ya sabía por qué y me quedé mucho más tranquilo.
El problema fue que el anclaje del gas rápido estaba paralelo al suelo, esto unido a la fatiga de la bomba de freno hizo que los tornillos del anclaje hicieran tope y no pudiera presionar la maneta. De hecho la maneta tiene una muesca importante del ímpetu que le di al intentar frenar, como para no ponerle ímpetu….
El jueves fuimos a buscar la moto (la parte buena de las lesiones, ahora que nadie me ve, diré que ¡es genial que te lo hagan todo! A ver lo que tardan en soltarme una buena después de que lean esto…). El reencuentro. Llegamos al taller y me toca bajar de una furgo grande con muletas, que es peor que hacer rapel. Qué inútil me sentía con las muletas… La moto estaba perfecta. En realidad la peor parte me la llevé yo, lo único que tenia eran fibras rascadas y poco más, pero estaba muy nervioso porque sabía que si al llegar ahí no podía colocar bien la pierna en la estribera, los entrenos del viernes se cancelaban al momento. Pues bueno, pude subirme bien ¿Me dolía? Sí… pero soportable y ¡estaba feliz! Está claro que en parado no es lo mismo, pero ¡¡¡me subí!!!
La verdad es que la noche del jueves estaba bastante nervioso, no sabía cómo iba a reaccionar la pierna, ni el hombro ni… ni en definitiva mi cuerpo. El día llegó, en Montmeló hacía un día perfecto, temperatura ideal y la moto apunto. Mientras descargaban la moto me senté y me tomé mi tiempo para ponerme el mono, al no poder extender la pierna ni flexionarla, flipé un poco con el dolor al ponerme el mono, pero después de eso unas cuantas pastillitas, cremitas varias y… ¡venga! Con muletas y el mono… menudo cuadro de personaje.
Me pongo un poco pesado con mi equipo durante la mañana antes de subirme:
“¿Habéis mirado bien los frenos?”
“Sí, sí, está todo perfecto”.
A los 15 minutos:
“Vamos que no volverá a pasar ¿no?”
“No, no, está todo revisado y ya vimos de donde vino el problema”.
De nuevo, a los 15 minutos:
“Vamos que puedo salir tranquilo ¿no? “¡
«¡Que siiiiii!! Qué paciencia hay que tener….»
Llega la hora de subirse y, a pesar de todo, reviso los frenos. Sólo hacía 5 días de la caída y tenía un poco de paranoia. Vistazo rápido y al lio. El apoyo de toda la gente del equipo de Motos Crous es brutal, la verdad que no me cansaré de decir que da gusto compartir box con ellos y hacer con ellos la próxima temporada. La primera sonrisa al subirme de nuevo a la moto es inevitable.
La primera vuelta muy tranquilo, con la incógnita de saber cómo iba a responder la pierna derecha. Partíamos con los settings de serie, así que era hora de empezar a forzar el ritmo. En la siguiente vuelta, pasando por el curvone, al tocar con la rodilla al suelo noto un poco de molestia pero totalmente soportable, los cambios de dirección bruscos sí que pasan factura y ya en la primera vuelta no sé ni cómo colocarme. Paso por meta: 2:04, 2:01, 2:00, 1:59…y paro. No sé si era toda la medicación que llevaba encima, el calor o el dolor pero me mareo bastante, así que bebo un poco de agua y vuelvo a salir. Doy 3 vueltas y entro, imposible colocarme bien encima la moto y ahora después de forzar la pierna el dolor es constante e intento evitar el contacto de la rodilla al suelo en un circuito donde la mayoría de curvas son a derechas y algunas tan acusadas como el curvone.
Me rendí, pero por lo menos lo intenté. No estaba triste, no podía correr la carrera del día siguiente, pero estaba tranquilo y feliz, para mí, una victoria personal. La moto iba muy bien, ahora ya sólo tenía que recuperarme. Como os comentaba al principio, aún sigo yendo a rehabilitación y aún tengo para un par de semanitas, y el que vuelva a decirme que voy al fisio a darme masajitos que me acompañe.
Espero subirme pronto a la moto, ahora misma esta en Quality Bike para solucionar unas cosillas, y también tocará pintar las fibras con una nueva decoración. Cambio de equipo, cambio de decoración, cambio de todo. Seguiremos con Quality bike, mi principal patrocinador, y con la mayoría de empresas que nos ayudan, pero algún cambio habrá. Esta minitemporada a olvidarla, ahora a pensar en dejar la moto lista y desarrollarla.
Quiero agradecer a los compañeros de Sportmototeam, que han estado ahí dándome ánimos; a todo el conjunto del equipo de motos Crous y a toda la gente que a veces con un simple mensaje por el whats, una llamada, un mail… te hacen sonreír y te animan. Cuánta gente me ha sorprendido por estar ahí y cuánta me ha decepcionado, pero es un buen momento para volver a encasillar a la gente y saber cuándo estarán y cuándo no. Y como en la vida diaria, para pasárselo bien, la gente rápido se apunta, para lo demás… Eso sí, la sonrisa nunca la perdáis.
Un abrazo a todos y como siempre, la próxima… ¡¡¡más y mejor!!!!
Gixer#12
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